martes, 18 de octubre de 2011

Great Ocean Road

Debido a la más que confirmada llegada de la primavera  a Australia,  me junté con 4 amigos para hacer una escapada a la Great Ocean Road. Como su propio nombre indica, la Great Ocean es una carretera que discurre a lo largo de la costa entre Apollo Bay y Portland VIC
Los preparativos del viaje fueron fáciles. Alquiler de coche y alojamiento. En Australia es  sencillo alquilar un coche por un precio  asequible, los coches suelen ser bastante  buenos y comodos.    Respecto al alojamiento buscamos algo con más categoría que los típicos Hostels de la zona, así que nos decidimos por alquilar unas cabañas de esas de madera que hay en medio del campo.
A pesar de los pronósticos del tiempo, el día amaneció soleado y conforme abandonamos Melbourne, el típico paisaje urbano de la ciudad empezó a tomar el color de una Australia, que poco tiene que ver con los paisajes rojizos y desérticos que mucha gente conoce.

La primera parada la hicimos en Anglesea, una localidad costera donde nos fuimos a almorzar el típico “Fish and chips” de la zona, mientras discutíamos asuntos del viaje. Más tarde y con el estómago lleno dimos un paseo por la zona, para bajar la comida y conocer el pueblo. Descubrimos una pescadería donde habían dejado un tiburón tigre  recién pescado sobre una caja delante de la puerta del local. El tiburón no era muy grande, pero llamaba la atención de cualquiera que pasase por allí.

Tiburon Tigre recien pescado

Continuamos la marcha parando en cada curva de la carretera, por la cual no se podía circular a más de 50 Km/h , el tiempo fue cambiando y la lluvia y el viento tardaron poco en hacerse presentes, el paisaje cambio completamente. Los tonos verdes de las montañas  se fusionaban con la arena de la playa  y el azul intenso  del océano daba el toque final a un paisaje  que nos sorprendía en cada curva.



En una de las paradas que hicimos para descansar, nos encontramos con algunos  Koalas subidos en los arboles. Ademas habían unos pajaros  un tanto “atrevidos”  que subían a nuestros hombros,cabezas  y manos, para que les diesemos de comer.

Continuamos la marcha, entre nubes y claros, siempre con el océano en el lado izquierdo del coche  y las montañas en el lado derecho….. de repente cambiamos de rumbo y nos adentramos tierra a dentro, subiendo un puerto de montaña entre bosques de eucaliptus, cedros y helechos que poco a poco dieron lugar a praderas donde los caballos, las vacas, las ovejas y Kanguros pasturaban libremente.

Después de unas cuantas horas al volante y alguna confusión que nos hizo dar algun pequeño rodeo, mientras arreglábamos el mundo, la compañía del océano asomó de nuevo  por la ventana , Sin embargo el paisaje era diferente , dunas, acantilados rocas y matorrales dieron lugar a “Los Doce Apostoles”  unas enormes rocas en la playa   que debido a la erosión y los constantes golpes de mar, han quedado aisladas formando estas esculturas que podéis ver.
Para poder acceder a la zona, hay unas pasarelas que cuelgan literariamente del acantilado y desde las cuales se pueden hacer fotos increíbles.


Después de una  larga sesión fotográfica y ya con el atardecer desde el mar, volvimos a la carretera, en busca de nuestra cabaña.
 Así pues llegamos a Port Cambell, una pequeña aldea rural al mas puro estilo Australiano

La cabaña nos sorprendió por lo limpia y acogedora que estaba. La dueña se había preocupado de dejarnos la luz y la calefacción encendida y cuando llegamos nos dimos cuenta de que éramos los únicos huéspedes del rancho. Durante la noche sopló un viento que nos hizo pensar  a cada uno en más de una ocasión, si el techo saldría volando y nos quedaríamos mirando el cielo desde nuestras camas.


Al día siguiente después  del desayuno, nos dirigimos hacia Warrnambool, donde visitamos la bahía y los alrededores. Más tarde nos aprovisionamos de Comida y bebida, para irnos a la Reserva natural de Tower Hill, un paraje  donde hicimos una barbacoa en la que íbamos a tener unos  invitados muy particulares.

De no ser por las barbacoas habilitadas y los servicios para visitantes, aquel paraje parecía una autentica  jungla, había todo tipo de animales por la zona. Un Koala que de vez en cuando bajaba de un árbol para subirse a otro árbol,  dos avestruces  o algo parecido  que merodeaban por la zona.
La pareja de aves, se pasaron  todo el tiempo  a nuestro lado y al final llegue a la conclusión que habían comido más comida  ellas que nosotros, las espantábamos como se espantan a los gatos, para que nos e comiesen nuestra comida. En una ocasión fui al baño y por la puerta me salió una avestruz…. Parecía que tenía que pedirle permiso a la señora avestruz para entrar al baño….
Después de comer y sin apenas  tiempo para reposar la comida como solo los españoles sabemos hacer, emprendimos una ruta a pie, entre bosques, pantanos y zonas volcánicas con todo tipo de fauna y flora autóctona. Este día acabamos realmente cansados.
El último día lo dedicamos a visitar la zona de “Cape Otway” o “Cabo Otway”. Debido a que no teníamos mucho tiempo, nos centramos en visitar parte del “Great Otway Nacional park” 

Hicimos una excursión, un ratito a pie y otro caminando, por la “triplet Water Falls Walk ” mientras discutíamos entre otras cosas de gramática inglesa sin llegar a ninguna conclusión. La ruta vale la pena si estas de paso por la zona, se pueden ver todo tipo de  helechos, palmeras eucaliptus y toda clase de hongos.
El camino de regreso fue bastante variado, hubo momentos de silencio , reflexión, algún mareo que otro, alguna parada repentina, risas, canciones…   y hablando de canciones… ¿A que no sabeis cual fue la canción que acabó marcando el viaje? Ahí os la dejo….  http://www.youtube.com/watch?v=ccyXNV0GCyA






1 comentario:

  1. Vaya viajecito.... Hay que aprovechar, a ver si nos escapamos a verte.
    Fernando

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